2018
Recién llegados de Australia, un viaje lindísimo que ya contaré, desembarcamos en Auckland (Nueva Zelanda) la ciudad mas grande del país, con su Sky Tower, la torre tan particular, símbolo de la ciudad que fue inaugurada en 1997, altísima, nos informaron que tiene 328 metros y un complejo turístico en lo alto mas una plataforma en el piso 192 de un metro de ancho donde se puede realizar, quien tenga el coraje para hacerlo, el Sky Walk, una caminata alrededor de la torre o un salto al vacío en caída libre (ambos de infarto), y aterrizar placidamente en una plataforma a nivel de la calle para sorpresa de caminantes desprevenidos.
Tiene variedad de opciones para la visita en distintos niveles, dos hoteles, casino, confitería. Se puede visitar con el propósito que uno tenga, el nuestro se limitaba a la confitería, sky bar, desde donde se puede ver la ciudad en distintos ángulos, los edificios que la circundan, los parques, el puerto, el mar y además saborear lo que uno desee según la hora.
La ciudad es cosmopolita, la mayoría de la población es anglosajona, también hay un buen porcentaje de maoríes o maoris, asiáticos, habitantes de las islas de la polinesia y también algunos argentinos.
Paseando por la zona del puerto llegamos a un pintoresco barrio con nombre sonoro Te Araroa Tri y a una plaza llamada Takutai Square que es el principal espacio público de un complejo muy interesante llamado Britomart Place en el centro comercial de la Commercial Bay, con un conjunto de confiterías, bares, restaurantes y lugares de esparcimiento a lo largo y de ambos lados de un lindísimo pasaje al aire libre con fuentes y estructuras de ornamentación muy atractivas.
Allí tomamos te acompañado de los mas ricos macarrones que hemos comido jamás.
En la plaza se organizan varios eventos públicos y también privados, bailes, música, ópera y cine al aire libre. Los viernes hay un mercado donde uno puede comprar comidas variadas, frutas, dulces, quesos y comerlos allí mismo.
Sobre el césped hay enormes sillones inflados que permiten acomodarse a mas de una persona compartiendo un encuentro, una comida rápida, algún espectáculo o simplemente una conversación.
Nosotros pudimos disfrutar allí de un agradable espectáculo de danzas y canciones maoríes y de la polinesia interpretadas por hombres y mujeres locales.
La visita al puerto es una obligación. Pintoresco como todos con un plus de diseño moderno plasmado en las cubiertas de las salas de embarque y esas llamativas rejas rojas con faroles que coronan sus columnas rodean protectoras el perímetro portuario separándolo de la calle sin obstruir su visualización.
Las calles del centro comercial se lucen con sus negocios de ropa moderna y elegante y la lana neozelandesa en sweaters, pashminas, gorros, sacos, medias, bufandas, polleras… Imposible no comprar!
Museos, salas de arte, muestras, barrios residenciales, jardín botánico, iglesias como la catedral de San Patrick y San Joseph, paseos marítimos, todo habilita visitar esta ciudad con tiempo para disfrutarla.-
Agur!
Van fotos.