Cuentos de Carmel By-The-Sea (Condado de Monterey, California, USA).

Marzo 2022

La lindísima y colorida ciudad de Carmel By-The-Sea atrapa no solo por sus características de ciudad marítima con una extensa playa, sus casas con canteros floridos, sus hoteles de diversas categorías, sus restaurantes, sus vistosas cafeterías, sus variados negocios y su clima benigno sino también por la amabilidad de su gente que se manifiesta ante cualquier requisitoria de ayuda o información.

Todo ello la transforma en un destino ideal para un paseo, vacaciones, fin de semana, o del tiempo que uno disponga. Y querrá volver siempre. 

La playa amplia y larga abraza el mar en un gran semicírculo permitiendo que los visitantes tengan espacio suficiente para disfrutarla.

Para huir del calor,  a la entrada de la playa árboles fotogénicos por sus troncos, sus ramas y sus copas de variadas formas que se proyectan sobre la arena ofrecen la sombra buscada.

En esta encantadora ciudad hay un restaurante italiano que solíamos visitar años atrás  llamado Il Fornaio ubicado en la Ocean Av. entre las calles Lincoln St. y Monteverde St.

Siempre, desde la primera vez que concurrimos, comimos no solo muy bien sino también muy rico.

Este año nos encontramos con una novedad, un bar o desayunador circular muy cómodo y vistoso ubicado a continuación del restaurante y separado a la vez con una entrada diferente por la calle Ocean Ave., con riquísimas croissants y variedad de  masas y budines con chocolate, mermeladas, crema que motivaron nuestra fidelidad por todo el tiempo que permanecimos en Carmel.

Y para recordar viejas historias no se puede dejar de visitar la famosa Misión San Carlos Borromeo del Carmelo fundada en 1971 y siempre relacionada con el bien conocido Fray Junípero Serra,  fraile franciscano (cuya vida y aventuras en la Misión fueron plasmadas tiempo atrás en un pequeño libro encantador con dibujos sencillos y graciosos).

Allí fue sepultado Fray Junípero Serra a su muerte ocurrida a los 70 años en 1784, bajo el piso de la iglesia.

En 1998 visitamos la Misión entrando por la senda de un jardín amplio y florecido, teniendo al frente un edificio antiguo con una gran puerta central y a ambos lados dos torres laterales con campanario y una cúpula terminada en un crucifijo.

Y asistimos a una misa vespertina oficiada por un sacerdote norteamericano de mediana edad.

En su  interesante homilía, clara, atinada a las circunstancias de ese momento, agregó un simpático comentario sobre su designación para ejercer el sacerdocio.

Según relató con gracia, él deseaba ejercer su sacerdocio en Africa y así lo había solicitado. Para su sorpresa llegó la designación  para hacerlo no en Africa sino en la Misión del Carmel en América, circunstancia que lo sorprendió para luego colmarlo de felicidad.-

Van fotos.

Agur!

                                     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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