Cuentos de New Zealand (Nueva Zelanda) II. AUCKLAND la ciudad mas grande del país. Isla Norte.

2018

Recién llegados de Australia, un viaje lindísimo que ya contaré, desembarcamos en Auckland (Nueva Zelanda) la ciudad mas grande del país, con su Sky Tower, la torre tan particular, símbolo de la ciudad que fue inaugurada en 1997, altísima, nos informaron que tiene 328 metros y un complejo turístico en lo alto mas una plataforma en el piso 192 de un metro de ancho donde se puede realizar, quien tenga el coraje para hacerlo, el Sky Walk, una caminata alrededor de la torre o un salto al vacío en caída libre (ambos de infarto), y aterrizar placidamente en una plataforma a nivel de la calle para sorpresa de caminantes desprevenidos.

Tiene variedad de opciones para la visita en distintos niveles, dos hoteles, casino, confitería. Se puede visitar con el propósito que uno tenga, el nuestro se limitaba a la confitería, sky bar, desde donde se puede ver la ciudad en distintos ángulos, los edificios que la circundan, los parques, el puerto, el mar y además saborear lo que uno desee según la hora.

La ciudad es cosmopolita, la mayoría de la población es anglosajona, también hay un buen porcentaje de maoríes o maoris, asiáticos, habitantes de las islas de la polinesia y también algunos argentinos.

Paseando por la zona del puerto llegamos a un pintoresco barrio con nombre sonoro Te Araroa Tri y a una plaza llamada Takutai Square que es el principal espacio público de un complejo muy interesante llamado Britomart Place en el centro comercial de la Commercial Bay, con un conjunto de confiterías, bares, restaurantes y lugares de esparcimiento a lo largo y de ambos lados de un lindísimo pasaje al aire libre con fuentes y estructuras de ornamentación muy atractivas.

Allí tomamos te acompañado de los mas ricos macarrones que hemos comido jamás.

En la plaza se organizan varios eventos públicos y también privados, bailes, música, ópera y cine al aire libre. Los viernes hay un mercado donde uno puede comprar comidas variadas, frutas, dulces, quesos y comerlos allí mismo.

Sobre el césped hay enormes sillones inflados que permiten acomodarse a mas de una persona compartiendo un encuentro, una comida rápida, algún espectáculo o simplemente una conversación.

Nosotros pudimos disfrutar allí de un agradable espectáculo de danzas y canciones maoríes y de la polinesia interpretadas por hombres y mujeres locales.

La visita al puerto es una obligación. Pintoresco como todos con un plus de diseño moderno plasmado en las cubiertas de las salas de embarque y esas llamativas rejas rojas con faroles que coronan sus columnas rodean protectoras el perímetro portuario separándolo de la calle sin obstruir su visualización.

Las calles del centro comercial se lucen con sus negocios de ropa moderna y elegante y la lana neozelandesa en sweaters, pashminas, gorros, sacos, medias, bufandas, polleras… Imposible no comprar!

Museos, salas de arte, muestras, barrios residenciales, jardín botánico, iglesias como la catedral de San Patrick y San Joseph, paseos marítimos, todo habilita visitar esta ciudad con tiempo para disfrutarla.-

Agur!

Van fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de New Zealand (Nueva Zelanda) I. Inolvidable viaje en el Kiwi Rail desde Auckland a Wellington. (Isla Norte).

2018

Cuando planeamos nuestro viaje a Australia y New Zealand / Nueva Zelanda pensamos ir primero a Australia y luego a New Zealand así el viaje de regreso a Argentina sería mas corto. Fue acertada la decisión.

De tal forma llegamos a Auckland, una ciudad muy pintoresca ubicada en la parte Norte de la isla Norte, en vuelo desde Sidney, Australia y como queríamos conocer además la capital Wellington ubicada en el Sur de la isla, debíamos decidir por que medio viajar.

El avión acortaba los tiempos, pero nos enteramos que había un tren, el “Kiwi Rail” que hacía el viaje desde Auckland y recorría el trayecto a Wellington cruzando campos, ciudades, cañadas, ríos, sierras, con un vagón bar y otro panorámico sin asientos y con espacio libre de vidrios para tomar fotografías.

Nos encantó la opción, una forma de conocer algo mas de la Isla Norte y viajar en un tren diferente. Auguraba una aventura única.

Muy temprano, alrededor de las seis de la mañana, debíamos presentarnos en la estación donde abordaríamos el tren y nos asignarían los asientos. La señora encargada de atender a los viajeros fue muy amable con nosotros y nos asignó asientos con ventanas, mesa por medio.

Era un largo tren, luego de despachar el equipaje en un vagón a ese efecto subimos al nuestro con cómodos asientos propicios para una travesía prolongada. Alrededor de las siete de la mañana partimos de Auckland rumbo a Wellington y comenzó la aventura.

El día lucía espléndido. Un sol potente iluminaba los alrededores de la ciudad. Fuimos temprano a tomar el desayuno al vagón confitería o bar con mesitas medianas y dos asientos que permitían cantidad de clientes y a la vez privacidad y amplias ventanas que parecían pantallas de cine mostrando el paisaje.

Una vez instalados en nuestros asientos tuvimos la buenaventura de conocer a un matrimonio (ingles/autraliano) encantador cuyo hijo era embajador en gran Bretaña y había llegado con su familia a Wellington, motivo del viaje de ellos para visitar su hijo y familia.

Tuvieron la generosidad de informarnos durante el viaje sobre las ciudades, las sierras, las cañadas, los ríos que íbamos cruzando, el tipo de ganado que se veía, las ovejas que moteaban de blanco la serranía, los variados sembradíos y todo lo que pasara frente a esas grandes y limpias ventanas del tren. También nos acompañaron al vagón panorámico sin vidrios desde donde se podía ver con comodidad el paisaje y tomar fotografías, indicándonos la provincia en la que nos encontrábamos, los poblados y todo dato de interés que merecía destacarse. Se comportaron como amables y generosos guías, lo que agradecimos sinceramente.

Respiramos un aire fresco y perfumado mientras contemplamos los profundos cañadones pedregosos con ríos que serpenteaban sus faldas entre abundante vegetación. Todo ello un festival de imágenes inolvidable.

Seguramente este bellísimo entorno con el profuso despliegue de la naturaleza influyó en la decisión de Peter Jackson de filmar en este país la trilogía de El Señor de los Anillos y El Hobbit.

A pesar de lo extenso del trayecto la aventura no nos produjo cansancio ni aburrimiento, todo lo contrario. Llegamos a Wellington en una tarde soleada y cálida plenos de satisfacción por el incomparable viaje que realizamos y la magnífica compañía que disfrutamos.

 

Agur!

Van fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUENTOS DE ALEMANIA II: VIAJE EN TREN DESDE COPENHAGEN A HAMBURG

2016

Ya en el ICE, tren que nos llevó desde Copenhagen a Hamburgo, ciudad que ansiábamos conocer, nos dispusimos a disfrutar de otro viaje en tren en nuestras vidas, siempre una aventura y no nos defraudó.

Tren moderno, confortable y rápido. Los horarios se cumplen puntualmente. Disfrutábamos del paisaje colorido y soleado cuando promediando el viaje vimos que teníamos el mar por delante, lo que nos llenó de curiosidad la forma en que iríamos a cruzarlo. El tren fue aminorando la velocidad acercándose a una estación. Pensando en esta incógnita, nos sorprendió la policía (personal uniformado) caminando por el pasillo central y observando atentamente a los pasajeros mientra recorrían los coches del tren.

Poco tiempo después, cuando el tren reiniciaba su marcha, incierta para nosotros por el mar que teníamos por delante, vimos en lo andenes laterales caminar junto al personal policial un pasajero al que habían hecho bajar del tren y suspender su viaje. La requisa había resultado exitosa sin que nadie del pasaje supiera el motivo.

Repentinamente y sin que nos diéramos cuenta el tren enterito estaba entrando a un barco, o transbordador, con nosotros adentro! Una vez logrado el cometido, recibimos la orden todos los pasajeros de salir del tren y dirigirnos a las cubiertas altas.

Lo hicimos llenos de expectativas, al menos nosotros, por conocer esas cubiertas y el paisaje de la travesía. Estos viajes cortos en barco nos colman de inquietud y entusiasmo anticipado por la navegación y lo entretenido que resultan sus pequeños negocios, los bares, los dulces.

El cielo claro y azul prometía poder disfrutar del trayecto. Y empezamos a elegir una de las mesas colocadas a ambos lados de la cubierta externa para no perdernos el sol, el paisaje, el mar, las costas…. Cuando mirando hacia la proa vimos de frente un manto lechoso del cielo al mar que lo cubría todo, el barco y la niebla se acercaban inexorablemente. No lo podíamos creer! Nuestro disfrute visual desaparecía en la niebla.

Nos sentimos pasajeros de un buque fantasma en una película de filibusteros o peor, dentro de un film de Stephen King.

Bajamos rápidos a la cubierta inferior del barco para lograr alguna mesa. Todas ya estaban tomadas, aunque nos quedó el recurso del mostrador de un Starbucks y sus pequeñas mesitas.

Entre el café, los muffins, las visitas a los negocios de objetos típicos se nos pasó el viaje por mar, que no vimos, y la niebla. Y rodamos por territorio alemán camino a Hamburgo.

Ya acomodados en Hamburg o Hamburgo decidimos comenzar por la plaza del Ayuntamiento o Hamburger/Hamburg Rathaus en el barrio Altstadt del centro de la ciudad.

Un magnífico edificio que fue construido luego que el edificio anterior fuera víctima del incendio de mediados del siglo XIX. Es enorme, según comentan tiene más habitaciones que el palacio de Buckingham. Allí no solo está la oficina del Alcalde sino también las salas de reunión del Parlamento y el Senado de Hamburgo.

Luego caminamos por la calle Mönckebergstrasse la calle comercial mas popular, contemplamos el antiguo Correo, el puerto, el lindísimo edificio de la Filarmónica del Elba, río que bordea la ciudad, y finalizamos el día visitando (o instalándonos) en el Shopping Alsterhaus perteneciente al grupo KA DE WE que posee la trilogía de negocios mas atractivos de Berlin, Munich y Hamburgo. Shopping del que hablara ya en la crónica Cuentos de Alemania I.

Las cafeterías, confiterías, heladerías, restaurantes, en general todos los lugares donde uno puede comer, beber, disfrutar de momentos agradables en las mañanas, mediodías, tardes, noches, son en general espléndidos tanto en su estructura como en el servicio que prestan, una delicia total.

Nos quedó pendiente el puerto de ultramar y la visita a las islas Frisias Orientales del Mar del Norte en verano.

Agur !

Van fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de Francia I *GIVERNY

2018

 

Cuando viajamos a Francia por primera vez, día por medio visitábamos L´Orangerie. La atracción por la obra de los impresionistas fue siempre grande, alimentada desde muchos años antes por las imágenes que una y otra vez solíamos contemplar en revistas, periódicos, libros de arte y de vez en cuando en la lectura de las subastas que realizaban las importantes firmas europeas y americanas.

Luego vinieron los museos que comenzamos a visitar en los viajes. Pero… siempre quedaba pendiente la visita a Giverny, ese pueblito de Normandía a orillas del Sena paraíso de Claude Monet y su numerosa familia, su segunda esposa y ocho hijos.

Finalmente en 2018 tomamos la decisión de viajar especialmente a Paris para poder visitar esos jardines magníficos y nenúfares flotantes bajo el puentecito japonés.

Y la casa, los dormitorios, el comedor amarillo y los cacharros de cobre colgados en línea en las paredes de la cocina, el salón de pintura, ambientes pequeños y amplios donde se exponen copias de sus cuadros. En fin, todo lo que se pudiera ver y conocer sobre el genial artista.

Un día de sol decidimos tomar el tren hacia Giverny en la Gare St Lazare para poder disfrutar con tranquilidad todo el día en el pueblo sin las prisas ni las limitaciones de una visita guiada de medio día ofrecido por una empresa de turismo.

El tren cómodo, completo con viajeros de todo el mundo y de todas las edades listos para disfrutar Giverny.

Un viaje placentero en tren nos dejó en la estación del pueblo y de allí un autobús nos acercó hacia un parking lot cerca de la zona en la que se encuentra la casa de Monet. Zona de casas bajas y pueblerinas con matas floridas en sus frentes.

Comenzamos a caminar por las calles zigzagueantes sin veredas contemplando las casas con jardines que asomaban por las puertas saliendo al exterior.

En nuestro camino encontramos un jardín colorido con un patio algo elevado hacia el fondo con un techo sencillo y un grupo de mesitas con sillas. Un pizarrón negro escrito con tiza blanca anunciaba distintos platos de comida, no mas de cinco.

Entusiasmados decidimos entrar a comer algo antes de dedicarnos por varias horas a recorrer la vivienda de Monet y sus jardines.

Con un sol glorioso comimos un menú bien francés y luego de saborear una exquisita creme brulée salimos ya para nuestro destino tan ansiado.

Al llegar a la casa de Monet, nos sorprendimos, por fuera una baja pared blanca con una cubierta de cal, lo que nos llamó la atención.

El acceso era solo para el despacho de las entradas, de allí pasamos a la tienda amplia de souvenirs con todo lo que uno quiere adquirir sobre Monet, libros, estampas de su casa, de sus jardines, de sus pinturas y todo lo atractivo y apetecible que exponen estas tiendas de arte.

De allí salimos por una escalera de pocos escalones que nos dejaba frente a un caminito ya dentro de ese enorme jardín tan prometedor.

Siguiendo un sendero bordeado de flores blancas, rosas, lilas, nos acercamos a la casa de dos plantas que detrás de canteros rojo sangre de malvones deslumbraba desde su altura.

La corta escalera verde de acceso a la galería de entrada hacía juego con las barandas y las persianas abiertas. Su largo frente combinaba el rosa y el beige claro en las molduras. Un anticipo de la belleza interior.

La ansiedad nos dominó de inmediato al entrar. No sabíamos por donde comenzar la visita, queríamos ver todo y nos costaba encontrar el orden de hacerlo. Luego todo tomó su camino posible, ya que varias personas hacían lo mismo.

Así visitamos esas habitaciones relativamente pequeñas, a excepción de una habitación larga, estilo sala donde había gran cantidad de copias de los cuadros, que en general ocupaban todos los ambientes menos la cocina. Subiendo una escalera hacia la planta alta pude ver uno de los cuadros que me gusta especialmente y es el de la mujer del artista pasando frente a una puerta cerrada con vidrios y mirando hacia el interior. Me parece encantador y sale un poco de su temática mayoritaria. Tanto que compré una copia y la tengo en mi escritorio, cada vez que dejo de escribir, miro unos segundos hacia delante y me encuentro con él.

Y así fuimos descubriendo poco a poco un mundo que fue.

Con todo su moblaje, sus detalles, sus pequeñas camas, sus sillones con apoya pies, sus lámparas, su comedor amarillo con láminas japonesas y unos armarios de madera clara que en sus puertas repiten la forma de la ola marina de la pintura del genial Hokusai; la magnífica cocina de época con todos los cacharros y utensilios de cocina de cobre colgados en fila sobre una de las paredes.

Aseguran que todo lo que se encuentra en la casa es original.

Todo trasuntaba una composición tan armónica y bella que nos trasladó a una época romántica gratamente imaginable.

Era tal la ansiedad de guardar en nuestra memoria todo lo que veíamos que recorríamos una y otra vez los lugares sin decidirnos a salir y no fuimos los únicos en esas recorridas “bis”.

Cuando finalmente salimos con el firme propósito de comenzar con los jardines sin regresar a la casa, desde la puerta de la casa divisamos la Arcada Enramada del centro del jardín. Era el “Clos Normand”, la bella obra de Claude Monet.

Es imposible describir la belleza de ese enorme jardín y mas aún la variedad de flores, plantas y árboles. Todo lo que uno pueda imaginar y más.

Y luego el jardín de agua con los nenúfares rosa, blancos, amarillentos, de inspiración japonesa, que formando islotes se ubican en distintos grupos cercanos al verde puentecito japonés.

Se calcula que este jardín del lago fue pintado por Monet cuarenta y cinco veces.

Trataré de sintetizar lo que les cuento con algunas fotos que ilustraran lo vivido.

Luego de comprar algunas cosas en la tienda, decidimos caminar hacia la iglesia dedicada a Santa Radegonde caminando “en subida” pues el pueblo está situado en una colina.

Detrás de la iglesia se encuentra el cementerio donde tuvo sepultura toda la familia Monet. En mármol blanco y rodeadas las tumbas de plantas y flores se leen los nombres de los miembros.

Al atardecer comenzamos nuestro camino colina abajo hacia el parking lot donde se encontraban los autobuses que llevaban a los visitantes hasta la estación de trenes. El sol ya empalidecía cuando el tren partió de Giverny rumbo a Paris. Fue un día tan satisfactorio que nunca olvidaremos.

Agur!

Van fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de la India III Mumbai-Goa-Mumbai en Tren.

2008

Hola a todos !! Al atardecer llegamos de regreso a Mumbai desde Goa, en tren, como habíamos ido. Al mismo hall enorme repleto de viajantes y donde muy pocos días despues comenzó la masacre terrorista mas dura de los últimos tiempos, noviembre 2008.

Pero…. Comencemos el viaje desde el principio.

Cuando me preguntaron que prefería, debido a los variados vuelos que tuvimos, ir en tren o en avión a Goa, dije rapidamente, en tren !!! Pensando en los camarotes de los viejos trenes, no digo el Orient Express, pero, algo similar a la época de la colonia inglesa, claro, agiornados. La imaginación y las ideas preconcebidas nos suelen traicionar.

Desde Mumbai hacia Goa…. Once de la Noche.

Una experiencia reveladora para nosotros por muchos motivos.

Lamentablemente en Argentina no hay muchos trenes para pasajeros, por lo que constituye un medio de transporte deseado que encierra un desconocimiento con encanto, especialmente en India por los recuerdos nunca vividos que uno guarda en su imaginación por la literatura, las películas, las historias, el arte y por esa neblina misteriosa que en nuestra ensoñación esconde un mundo idealizado que la inmediata experiencia está por desvelar.

La Estación de Trenes….

Un inmenso hall central iluminado con piso de mosaicos coloridos tapizado por enormidad de paños cuadrados con diversos dibujos y prolijamente colocados en el piso, pertenecientes supuestamente a las personas que los utilizaban, familia o grupo de personas afines donde se sentaban pasajeros, familias con varios niños, grupos de jóvenes, viajeros de distintos aspectos raciales y vestimentas. Un mundo de gente que sin que lo supiéramos abordaban todos nuestro tren.

El Tren ….

Un tren muy particular para nosotros, los occidentales.

Largo, larguísimo, cansadoramente largo, ya que debíamos caminar por el andén hasta arribar a nuestro coche con literas.

A medida que avanzábamos con rápidas miradas de curiosidad nos dimos cuenta que los primeros vagones, eran en realidad los ultimos y los de inferior categoría, sin asientos, donde los viajeros se acomodaban como podían con paños, mantas, chales sobre el piso del vagón, y eran cientos! O nos parecieron porque nunca llegábamos a nuestro destino. Pasamos delante de vagones cocinas, vagones con sanitarios, vagones de hombres, vagones de mujeres….Finalmente, cansadísimas, nuestras amigas, madre e hija Bina y Rinku nos señalaron nuestro coche, un “sleeping coach”. Tenía seis literas , tres y tres colocadas a ambos lados de un espacio estrecho. Sobre el costado izquierdo del vagón una ventana y las seis literas, sobre el lado derecho, sin separación alguna, un pasillo de tránsito, sin absolutamente nada que cuide la privacidad y que separara estas literas del constante peregrinaje de la multitud que habitaba a todo lo largo ese tren eterno. Y luego del pasillo otras tres literas una sobre otra, que quedaban pegadas a los paseantes del pasillo

El primer acto de Rinku, rápido y eficiente fue colocar debajo de las literas nuestras pequeñas valijas por las que había pasado una cadena que fijó con candado a un gancho cercano a la ventana.

El tren partió rumbo a Goa, y Bina nos guió hacia los baños aconsejándonos llevar nuestros rollos de papel higiénico. En un espacio entre nuestro coche y el anterior en dos pequeños rincones esquinados había dos baños pequeñísimos, uno decía “English style” y el otro “Indian style”.

Bina nos señaló el English porque tenía un pequeñísimo inodoro. El otro, el Indian, tenía un agujero en el piso, muy común para los indúes. Muy atinada Bina llevarnos al baño antes de comenzar el viaje. Luego nos acomodamos en las literas, yo tome una alta e inmmediatamente comenzaron a desfilar por el pasillo infinidad de vendedores con todas las comidas típicas de la zona y sus aromas.

Procesión que duró todo el viaje. La gente de buena condición social, por los trajes, vestidos y joyas, no sé cómo hacen pero los 1.500 millones tienen joyas, todos comiendo la comida que vendían en el tren, con los «aromas» de siempre, lo pongo entre comillas, no por ser desagradables, sino por ser fuertes, muy fuertes, con las características propias de India, algo que a los occidentales nos llega un poco a saturar.

El desfile fue perpetuo y no solo vendedores sino muchos hombres paseando en la noche y mirando hacia el interior de los compartimentos. Largo viaje con insomnio obligado por el movimiento del tren y de la gente. Una experencia única y repetida solo al regreso.

GOA….

Goa tiene el sol más caliente del mundo, (o al menos del nuestro) es de terror !!

El mar, el Arabean Sea, cálido, muy agradable, uno puede estar horas allí. Había una playa en una pequeña bahía llamada curiosamente “Miramar” con arena límpida y dorada que fueron tanto la arena como el mar límpido una tentación inmediata.

Gran frustración !! Imposible cruzar la arena para llegar al mar, no había zapatilla que pudiera tolerar semajante calor. He ahí el motivo de su soledad!

Esta provincia es una combinación de Misiones, tierra colorada, Tucumán, mucha vegetación y algún toque caribeño, los portugueses nada tontos, estuvieron siglos, por lo tanto, “from time to time”, se ve Santa Inez, la iglesia del Bom Jesus, con un San Ignacio de Loyola en el Altar Central con su túnica dorada resplandeciente y en la iglesia también está en un cofre elevado plateado y con pequeñas ventanitas laterales el cuerpo de San Francisco Javier, dicen en “bone & flesh” (en carne y hueso) su cuerpo incorrupto se expone cada 10 años, Santa Ana, en fin, varios nombres españoles escritos con las peculiaridades portuguesas.

Bueno, Goa, es el lugar elgido por toda la Europa del Norte, ni un sólo americano, algunos italianos, y desde luego, los indúes.

De forma que se ven indúes más oscuros ( los del Sur son más oscuros) y pelos rubios, casi blancos por doquier (europeos del norte).

Las chicas jóvenes bárbaras, muy buenos cuerpos, poco pelo, y los mayores, enormes, gordos en su mayoría, gran cantidad de matrimonios o parejas y muchas chicas jóvenes. Con un común denominador, todos rojos langosta.

La gente del hotel me comentaba que la generalidad de sus clientes venían de Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Inglaterra, Italia.

Por lo que deducirán que «todo» está en euros !!!

No americanos y menos argentinos y sudamericanos. Ni uno. 

Disfrutamos el mar a pleno, quedamos fritas entre el sol y las cremas.

Hasta tuvimos un día completo, con un casamiento, y estrenamos los saharis que nos regalaron, el calor no tuvo compasión.

Bina, señora mayor, feliz con el mar como una niña y con un traje de baño recién comprado saboreaba con gozo el maiz asado que chorreaba condimento recién pincelado.

Peculiaridad local: solo los extranjeros usan trajes de baño, los locales entran al mar con ropas.

Nuestras amigas habían comprado trajes de baño para compartir con nosotros el disfrute marino.

Y así transcurrió nuestra estancia en Goa, paseando en barcos de turismo por el río, entrando al mar arábigo, comprando chales a las vendedoras ambulantes en las playas y rogando en los restaurantes que no nos sirvieran comida picante, lo que solucionaban agregando azúcar al plato. Allí fue donde comí por primera y única vez en mi vida un plato de tallarines con tuco “dulces”!

REGRESO…

El regreso en tren diurno fue otra experiencia inigualable, la estación de trenes paricularmente bella. La plataforma de espera era una gran galería en la que deslumbraba todo, desde los carteles indicativos de trenes y horarios, los jardines al costado de las vías, los pasajeros personajes por su indumentaria, los cocineros vestidos de blanco de la cabeza a los pies, los niños engalanados para el viaje, todo, todo uniformente bello.

Cuando llegó el tren que venía del sur, los pasajeros abordamos ordenadamente el coche que nos correspondía, no hubo apuro ni corridas ni empujones. Todo transcurrió animadamente tranquilo observando la multiplicidad de paisajes que atravesamos hasta llegar a Mumbai.

Inolvidable experiencia que disfrutamos plenamente gracias a nuestras queridas amigas Bina Y Rinku.

Agur!!

Van lindas fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUENTOS DE NEPAL I KATHMANDU, CAMINO DEL CIELO

Octubre 2008

Los que tenemos una idea, solo idea, del movimiento contracultural hippie, conocimos “de nombre” y por algunas imágenes Khatmandu. Y quedaron en nuestras cabezas imágenes borrosas con un halo de ropas coloridas y sueltas, pies descalzos, flores, cánticos románticos y pacíficos, amor libre y….drogas.

Tan es así que cuentan en Kathmandu que los chicos americanos en aquellas épocas repetían allí un mantra cuya pronunciación deformada remedaba un verdadero mantra que decía (con pronunciación arrastrada por la droga) “Oh mama take me home…” respondiendo a un estado de debilidad por el consumo desmedido de sustancias y alcohol.

De tal forma visitar Nepal y su capital Kathmandu siempre fue una atracción aventurera a conocer… acentuada por la posibilidad de acercarnos al Everest.

Afortunadamente nuestra visita se dio antes del fuerte terremoto del 25 de abril de 2015 que costó vidas y destrucción de templos y palacios, y así conocimos la ciudad que visitaron los hippies en el esplendor edilicio de su estructura de muchos siglos.

Una de las atracciones principales en esta ciudad son las “Stupas”, templos budistas circulares con una gran cúpula blanca luciendo en su parte media superior los grandes ojos de buda que miran en las cuatro direcciones.

Bodnath es la mayor stupa de Asia y atracción turística y religiosa, que los peregrinos circundan mientras pronuncian mantras.

Las Stupas representan el monte Meru, centro del cosmos para el budismo y guardan reliquias budistas.

En Kathmandu el principal atractivo arquitectónico es la Patan Durbar Square (que sufriera tantos daños con el terremoto de 2015) y era el lugar donde se coronaban los reyes nepalíes.

El templo de Maju Deval se eleva y lo acompaña una alta escalera donde se sientan los turistas para observar el panorama de la plaza.

Abajo los turistas de diversas partes del mundo cruzan la plaza contemplando a la vez los monumentos y palacios y escenas de la vida cotidiana de los pobladores y de los turistas paseantes.

El aguatero vestido de blanco que porta su carga en dos recipientes redondos que penden de un eje apoyado sobre sus hombros, los vendedores de pashminas, chales, toda clase de tejidos de lana de muy buena calidad y colores atractivos y armónicos. Yo me enamoré de un pie de cama que amalgama colores pasteles y brillantes, suave y abrigado que utilizo todos los inviernos con grato recuerdo.

Avanzando por las calles se ven toda clase de actividades locales, espacios un poco mas bajos del nivel de la calle donde se forma algo así como una pileta playa con cantidad de canillas de donde toman agua los locales para darse baños recatados y lavar ropa.

Al acercarnos a la plaza comenzaron a revolotear cientos de palomas y los visitantes japoneses y chinos comenzaron a colocarse sus barbijos.

Y un poco mas allá nos encontramos con el edificio donde vive una niña virgen que cuidan celosamente un grupo de personas hasta que llega a la pubertad. A partir de allí toma su lugar una nueva niña virgen que cumplirá su ciclo. Nadie pudo o quiso explicar que ocurría con la niña que dejaba su status.

Una serie de requisitos se cumplen para observar al mediodía la salida de la niña virgen al balcón de una primera planta de la casa. Primeramente se asoman al balcón unas personas que observan la multitud de la plaza con detenimiento y luego se hace saber que no se podrán tomar fotografías ni arrojar flores ni ningún objeto. El que no respete las normas será expulsado de la plaza.

Así pudimos observar una niñita que salía al balcón flanqueada por dos mujeres. La niña observó la plaza sin sonreir ni emitir sonido y luego de breves minutos se retiró y el balcón volvió a cerrarse.

Un montón de inquietudes lo asaltan a uno luego de esa ceremonia. Cual es el propósito de semejante costumbre? Esa niña es separada de su familia, de su madre? Como es su vida desde que la toman de pequeña hasta que llega a la pubertad? …Y luego?

Nos alejamos del frente de esa plaza y antes de salir de ella nos encontramos con una pequeña casa fagocitada por un árbol.

Cosas raras, al menos para nosotros que estamos al otro lado del mundo.

Las vacas orejudas seguían echadas alrededor sin que nadie las moleste, muy tranquilas y habituadas, gesto que devolvían a los paseantes.

Un comentario al margen: Cuando llegamos al espléndido hotel donde nos alojamos y fuimos al comedor, tuvimos una alegría extra. Después de un mes de no oler carne asada, nos recibieron con un asadito de carne, unos bifecitos asados no sabemos de que, pero era carne !!

Y después …el Everest !!

Tempranísimo en la mañana un grupo de dieciséis mujeres (ningún hombre se animó) salimos en colectivo al aeropuerto donde nos esperaban unos pequeños aviones en los que además de los pilotos entramos ocho mujeres de cada lado, en realidad todas un poco impresionadas, esos aviones tan pequeños volando sobre el Himalaya! Y las corrientes de aire, y los vientos ?

Nada de todo eso.. fue un vuelo espléndido. Al acercarnos al Everest los pilotos (dos) nos hicieron pasar a todas, una por vez, a la cabina con el propósito de ver desde allí, con el parabrisas un poco mas grande y mas claro que las ventanitas el pico de esa montaña leyenda. Un espectáculo único por supuesto e inolvidable. Volvimos contentas mirando las laderas de las montañas mas bajas, roca gris con algunos caseríos, algunos animales y poca vegetación.

Un viaje memorable.

Agur!

Van fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de la Columbia Británica. Vancouver IV.

Junio 2013

Breves datos de su fundación, “Los locos lindos” del Down Town, el Puerto, West Vancouver, y los Jardines Butchart.

 

Breves Datos

La primera expedición europea por el estrecho de Georgia, incluyendo desembarco, fue realizada por el marino español José María Narváez y su goleta Santa Saturnina, quien luego siguió su viaje a España. Simultáneamente en 1791 el nuevo Virrey del Perú había ordenado al criollo español nacido en Lima Juan Francisco de la Bodega y Quadra, comandante del Departamento San Blas, a realizar un asentamiento en la zona.

En 1792 el británico George Vancouver llegó a la zona, realizándose luego el primer asentamiento europeo en 1862.

Y luego llegó el explorador y comerciante de la Compañía del Noroeste Simon Fraser.

El y su tripulación fueron los primeros europeos de los que se tiene constancia que visitaron la zona donde hoy está la ciudad de Vancouver (1808).

Vancouver se encuentra junto al Estrecho de Giorgia que lo separa de la isla Vancouver. Tanto la ciudad como la isla llevan el nombre del capitán de la marina Británcia Geroge Vancouver quien exploró la region en 1792 y ganó el territorio para la Corona Británica.

Y así es que de los españoles interesados primeramente en esas tierras para la corona española, por muertes y otros motivos no las conservaron con asentamientos y las mismas terminaron perteneciendo a la Corona Británica.

 “Los locos lindos” del Down Town.

No sé si será la diversidad racial, la permeabilidad (de todo tipo), los dramas humanos, o las políticas nacionales, continentales o universales, pero en esta ciudad he encontrado un atendible número de “locos lindos” (con la connotación que uno les da a esos seres graciosos, pintorescos, peculiares y simpáticos) agradable experiencia que quiero compartir con ustedes.

Antes de nada debo aclararles dos cosas:

1) Hay homeless a pesar del desarrollo social que se puede apreciar.

En realidad me sorprendió porque hacía mucho tiempo, desde los años 1998 en San Francisco, CA. no veía tantos.

2) El down town de Vancouver es relativamente concentrado, a pesar de ser una ciudad grande, con muchos barrios y localidades que conforman una «gran» Vancouver, los lugares por donde circulamos habitualmente los turistas que estamos unos cuantos días, son mas o menos los mismos, vayamos donde vayamos habitualmente terminamos pasando casi siempre por los mismos lugares.

Esto ha motivado que me encuentre varias veces con estos “locos lindos” que circulan determinadas calles y zonas.

Va el cuento.

*Hay uno de cuarenta y tantos años, vestido con pantalón negro, chaleco negro, camisa blanca y un tipo de galera negra, lleva colgado medio como mochila un ukelele y empuja hacia adelante un carrito parecido al que llevan los ancianos (que es carrito y silla a la vez). Allí arriba lleva un montón de cosas entre ellas una cajita que dice «Tips» (propinas), pero de algún lugar del carrito, con buen sonido alto y claro se escucha melódico a Frank Sinatra cantando….»Heaven!…I’m in Heaven!  a la vez que se mueve con gracia al son de la música (Ustedes pongan la música en sus cabezas y se podrán imaginar cómo se mueve, porque la melodía está sabiamente elegida). Lo sigue atrás una linda y joven rubia también vestida de negro que se mueve como él y empuja el cochecito de un chiquito de año y medio, mas o menos, rubio sonriente que sin duda disfruta el paseo musical. Las “tips” abundan.

Generalmente se encuentra por la zona del Water Front y Gastown (esta última zona da perfectamente para la puesta en escena porque es requete concurrida, bien colorida y algo hippona (estilo hippie).

* Hay otro de edad madura, petizón, con camiseta blanca que suele estar por Yaletown, en la zona cercana a los puentes que cruzan hacia la isla de Granville, que con buena voz y pulmones canta ópera a todo volumen. Lo gracioso del caso es que luego de un rato interrumpe abruptamente la canción y queda absolutamente callado sorpendiendo a los que atentamente escuchaban y así en silencio avanza un buen trecho, para luego con una impronta italianísima comenzar a viva voz otra ópera para sorpresa de los que recién lo encuentran. Les aseguro que es para morirse de risa porque si uno lo sigue un par de cuadras se da cuenta que disfruta sorprendiendo a la gente con su repentina y sonora “canzone”. Y lo mejor del caso es que canta estupendamente bien.

*En una de las zonas «top» generalmente en Burrard y Robson hay un señor afroamericano, mas bien claro, alto y vestido con traje que avanza hacia la esquina y se pone a hablar con gestos con otra persona (imaginaria) salvo que uno haga contacto visual y queda enganchado con la charla. Pareciera que está por cruzar la calle, ya que mira a la distancia mientras habla, para terminar ni bien el semáforo da la señal para el cruce de peatones y entonces él se despide con gestos de saludos afectuosos y dobla la calle caminando con alguna soltura y elegancia.

*Finalmente en la zona de las lindas plazas con escalinatas y fuentes de agua (las llaman Food Squares-plazas de comida) frente al Convention Center y al Pan Pacific Hotel, hay un hombre joven que parece «out of mind» total, con ropa algo vieja y desprolija que anda en un skate super moderno y lustroso, los chicos lo deben envidiar, lleva un gorro tipo andino (también podría ser tibetano) cuyas tiras colgantes flotan con la velocidad que imprime a su deslizador. Y no siempre es el mismo skate (todos lucen modernos y costosos), disonantes con la vestimenta siempre con algo de look vintage.

Esta linda gente agrega un espectáculo simpático, inesperado y entrañable para disfrute de los turistas que se encuentran paseando por este encantador barrio.-

El Puerto.

Si hay un puerto lindo y prolijo es el de Vancouver. Hay un muelle grande central y a sus lados una colección de cruceros grandes, modernos, seguramente costosos que en general realizan viajes a Alaska. Claro, estamos hablando del mes de junio, pleno verano en el hemisferio Norte. Un paseo a lo largo del muelle contemplando estos barcos y observando los balcones de las habitaciones con sus sillas y mesitas, los pasajeros sentados observando el muelle y el movimiento del puerto a medida que los barcos zarpan, es un regocijo emocional. Como ver salir un tren, o levantar vuelo un avión.

Lo interesante es que el muelle engalanado con una galería de grandes velas blancas que simulan las de veleros o fragatas está a la altura de la parte superior de los barcos, ya que los pasajeros acceden a ellos por la parte baja del muelle de manera que está fuera de la vista de los paseantes.

En ese momento uno se hace la firme promesa de navegar en alguno de ellos rumbo a Alaska.

West Vancouver

Para cruzar al West Vancouver se lo debe hacer por el “Lions Gate Bridge”. Allí se encuentra el barrio desarrollado por la familia Guinnes, de origen irlandés. Esta familia compró los terrenos del West Vancouver y como habían construido el puente cobraban peaje para cruzarlo. Finalmente vendió el puente al gobierno provincial.

Este barrio “British Pacific Properties” se convirtió en el lugar mas distinguido y caro para vivir. El valor de sus residencias es de varios millones de dolares. Figuras del jet set, de la alta sociedad local y extranjera, hasta de la nobleza británica tienen residencias en este prestigioso barrio.

Jardines Butchart

Si alguien tiene una idea aproximada del paraíso, seguramente se aproxima a estos jardines únicos y variados.

Están ubicados en la Isla Vancouver, cercanos a la lindísima ciudad de Victoria.

Y su existencia se debe a la muy buena idea de la esposa de un empresario, Robert Butchart, que tenía una empresa cementera y había explotado una cantera de piedra caliza ubicada en Brentwood Bay en la isla Vancouver.

Esta señora, Jennie Butchart, en 1904 comenzó a plantar todo tipo de hortalizas y flores transformando la cantera en variados jardines donde organizaba festejos para la familia y amigos. Cobró tanta notoriedad que después de haber diseñado seis jardines diferentes, decidió abrir estos jardines al público y desde entonces han crecido los jardines y el público que de distintos lugares del mundo concurre a conocerlos y admirarlos.-

Las fotos que mostraré son mínima muestra de la belleza y variedad de estos famosos jardines.

Van fotos de la linda ciudad de Victoria en la isla Vancouver.

Van fotos.

Agur!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUENTOS DE ITALIA II

Octubre 2011

 

La Toscana, Forte dei Marmi, Cinque Terre y algo más…          

Las bendiciones celestiales en Italia siguen su feliz curso. Buen tiempo y buena temperatura.

En el amplio recorrido que estamos haciendo, llegamos a La Toscana sin planes fijos ni reservas ya que íbamos con la intención de quedarnos donde nos gustara.

Después de pasear por Lucca admirando todo, hasta la elegancia de las señoras italianas tan bien vestidas, llegamos a Pietrasanta, ya al Norte de la Toscana y de allí fuimos a Marina di Pietrasanta con cantidad de “villas” (casonas o palacetes) rodeadas de jardines de cien o doscientos años de antigüedad. Todas bellísimas y magníficamente mantenidas, floridas y perfumadas. Y generosa en arena dorada sobre su lindísima playa.

Hablando con unas señoras que tomaban sol en sus reposeras, les comenté que era la primera vez que visitábamos la zona y no teníamos reservas y amablemente me recomendaron un hotel encantador y un restaurante magnífico para la cena.

Seguimos sus atinados consejos con un resultado espléndido, tanto el hotel como el resto fueron magníficos.

Dormimos una noche en Marina de Pietrasanta y al día siguiente seguimos nuestro camino hacia Forte dei Marmi sobre el mar de Liguria, en la comarca de la Versilia, provincia de Lucca. Los pueblitos costeros, Marinas o Marinellas, en general se corresponden con las ciudades del mismo nombre situadas hacia el interior y algo alejadas de la costa, casi a la misma altura de las Marinas teniendo éstas  ese plus de vacaciones con perfume marino.

Disculparán si abundo en exageraciones admirativas sobre Forte dei Marmi. Es un pequeña ciudad cuya Marinella se encuentra desde luego a orillas del mar y tiene todo el glamour de Carmel (California), con sus casas veraniegas, sus negocios coquetos de conocidas marcas, sus plazas y calles floridas, su encanto marítimo, sus bares, confiterías, restaurantes de excelente comida, el ambiente descansado de bonitas ciudades que miran al mar y de gente con cierto poder adquisitivo y educación para disfrutar de todo ello sin molestar al prójimo.

Que les puedo decir! Quedamos encantados! Es un lugar para vivir, o al menos para disfrutar unas placenteras vacaciones.

Nos costó despedirnos.

Continuado el recorrido costero llegamos a las Cinque Terre, ese dibujo de pueblitos de postal con las montañas cargadas de casitas que caen al mar y todo en “tecnicolor”.

Subimos por el camino montañés entre el verdor de los árboles y descubrimos bien alto y resbalando casi del camino un barcito con algunas mesas que daban al mar y un alambrado que parecía contenerlas de la caída. Un toldo precario nos defendía de un sol fuerte que bañaba todo el paisaje.

Haciendo una maniobra justa y atinada logramos entrar con el auto en un pequeño terreno que hacía las veces de estacionamiento, éramos los únicos comensales. Nos sentamos y mientras contemplábamos un helicóptero cargar agua en una bahía para llevarla mas arriba en la montaña donde se alzaba una columna de humo, nos trajeron la comida: unas riquísimas anchoas largas y sabrosas y buñuelos de bacalao suaves y cremosos. Pan casero, vino claro y agua fresca. Todo un festin.

Al finalizar la comida caminamos un poco por un caminito angosto que nos llevó a una pequeña casa y a su lado una estructura con una densa enredadera de frutos colgantes, aparentemente kiwis, que tupida crecía formando un techo sobre un auto estacionado debajo, un pintoresco y original garage natural.

Continuamos el viaje teniendo a nuestra izquierda siempre el mar que conforme bajaba el sol se transformaba en una extensa y serena cabellera ondeada de plata brillante.

Todo el trayecto mirando la bahía donde los vaporettos con los turistas dejaban huellas con sus estelas blanquecinas y el sol bajaba de a poquito todavía, en un otoño que no quería desprenderse del verano.

Avanzamos por esa ruta alta que nos daba una perspectiva magnífica hasta que divisamos Monterroso al Mare, en el centro del golfo, la localidad mas poblada de las Cinque Terre de Liguria y la que tiene la playa mas extensa.

Paseamos por su escollera disfrutamos de su playa sin imaginarnos que pocos días después iba a ser azotada por lluvias, vientos, y tormentas muy fuertes que causaron grandes destrozos y pérdidas de vidas.

Van fotos.

Agur!

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de La Columbia Británica, Vancouver III

Junio 2013

Un sábado por la mañana mientras caminaba por esta ciudad encantadora y con tanta diversidad étnica a lo largo del paseo marítimo frente a Granville Island me encontré con las playas de Sunset Beach, English Bay Beach y la bahía English Bay donde había varios barcos cargueros varados, lo que me llamó la atención pues no se veía puerto alguno.

Después comprendí porqué los barcos cargueros esperan su turno en la zona de la Bahía de los Ingleses, porque estar en puerto sale por día U$S 1.000.000. (entonces).

Llegué a una linda plazoleta con bancos, lugar especial para contemplar la bahía ubicada entre la Sunset Beach y la English Bay.

A un costado había un símbolo antiguo de la cultura “Inuit” llamado Inukshuk, tradicionalmente usado como marca o ayuda para la navegación.

En la arena de la Sunset Beach se veía gran cantidad de troncos de árboles, similares a los troncos que a modo de jangada bajaban flotando por el río y que había observado cuando me trasladaba en tren desde el aeropuerto, que se encuentra en una isla prácticamente deshabitada llamada Sea Island City, hasta la ciudad de Vancouver.

Esos troncos en la arena de la playa cumplían distintos propósitos, desde mesa donde apoyar los bolsos y toallas, respaldares donde apoyarse  para los que toman sol en la arena, hasta sillas o banquetas donde sentarse.Claro, en un país con tantos bosques hay troncos que prestan múltiples servicios.

Por fuera de la playa y junto a ella para caminar por el parque hay dos sendas bien delimitadas inclusive en la dirección de las manos, una para peatones y otra para bicicletas y rollers, con una pequeña diferencia de altitud entre ellas.

Mientras caminaba por mi senda y mano notaba en la parte superior media de los bancos de madera que la bordean algo así como una plaquita con algo escrito. Creyendo que mencionaba la intendencia o autoridades que los habían colocado menuda sorpresa me llevé al acercarme para comprobarlo. Cada una de ellas había sido colocada «in memoriam», como participaciones de defunciones por parte de los deudos de personas fallecidas que manifestaban las cualidades y virtudes del familiar.

Buena forma de hacerse de bancos y su mantenimiento gratuitamente por parte del político que propuso o aceptó la metodología. Y magnífica idea para los caminantes que agradecen su abundancia y buen estado.

Aprovechando esa oferta tan agradable, me senté en uno de ellos y contemplé la bahía, los practicantes del paddle surf hacían gala de equilibrio y “savoir faire” remando sobre sus tablas, algunos con mayor gracia y éxito que otros.

El momento de tranquilidad fue propicio para un rápido pensamiento sobre la forma de colonización de esa zona de Canadá, la sucesión de hechos y como finalmente quedó para la corona británica, que en otra crónica comentaré. Eso me llevó a pensar que tienen o tuvieron los ingleses para que sus colonias queden tan prendadas (o prendidas) de ellos. Porque no solo están estrechamente relacionadas, sino hay también, en general, simpatía, admiración, cercanía afectiva.

La Columbia Británica mantiene (en todo el sentido de la palabra) un representante de la Corona Británica que participa de la vida social y política, aunque sea solo en ese carácter de representante. Los nombres siguen siendo ingleses y reales: «Georgia» (El rey Jorge) está en las calles, en los hoteles, en los parques, en los puentes, en las islas, etc. Ni hablar de Victoria ! Y la reina Isabel tiene también su importante cuota. A pesar del tiempo transcurrido a nadie se le ocurre cambiar los nombres. Será influencia, interés, costumbre, historia o afición a las testas coronadas.

Seguí caminando por la calle Denman Street para disfrutar la feria callejera del fin de semana con mesitas y sillas en la calle, bolichitos que vendían comida, flores, sombreros, sombrillas. Mucha gente mayor y también mucha gente joven. Compartí una mesita con chicos europeos comiendo los siempre accesibles y sabrosos fish & chips.

Y me detuve para observar un desfile callejero de modelos protagonizado por señoras mayores guapísimas y de muy buen ánimo y gracia.

Continué luego por Davie Street, en parte, una pequeña muestra del barrio Castro de San Francisco con casas pequeñas y jardincitos floridos para llegar al camino costero Coal Harbour y la costanera Norte entrando en el Harbour Green Park (HGP).

Allí hice un stop en un lindo café pequeño situado en una esquina con una ochava vidriada lo que permitía distintos frentes de observación. Luego de disfrutar del descanso y una rica patisserie emprendí la caminata por la Costanera Norte.

Les aseguro que disfruté plenamente de esa costa tan atractiva con los variados elementos que la acompañan, el paisaje del parque, los hidroaviones, la edificación moderna, los barcos de paseos y tours y la historia relatada en las planchas de acrílico (o algo similar) colocadas de tanto en tanto sobre una larguísima baranda al borde de la costa que informaban con ilustración y texto sobre la historia de Vancouver desde sus orígenes. Y de los personajes, buenos y malos que la hicieron.

Historias de «carboneros» (los magnates del carbón);  de chinos que fueron ahorrando a fines del siglo XIX y se transformaron en empresarios en el siglo XX (el hijo de uno de ellos es el propietario de la cadena London Drugs que viene a ser mas o menos lo mismo que Walgreens o Farmacity); de crímenes por encargo; de prostitutas que terminaron dueñas de fortunas… Les aseguro que eran tan interesantes, tan precisos y resumidos que uno se tomaría el tiempo del mundo para leerlos a todos. Pero lamentablemente no lo tenemos y menos cuando viajamos.

Y así llegué al Puerto, ese Puerto fantástico con cruceros modernísimos (y supongo carísimos) que realizan durante el verano los viajes a Alaska.

Pero la crónica sobre el Puerto; sobre el barrio West Vancouver, el mas “paquete” de la ciudad, donde se llega cruzando el Puente Lions Gate Bridge (y su historia) y vive, según dicen, la gente mas rica y destacada (tal vez ahora el príncipe Harry, esto corre por mi cuenta); sobre los “Locos Lindos” de Vancouver, esa gente tan especial y simpática; sobre los magníficos jardines Butchard y la linda ciudad de Victoria y finalmente la mención del East Side, la zona de homeless oscurecida por el consumo de drogas varias y el fentanyl que tantas muertes causa, todo eso irá en la próxima que será “Cuentos de la Columbia Británica IV”.

Como siempre, van fotos lindas.

Agur !

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUENTOS DE INDIA II *ALUCINANTE VARANASI / BENARAS

Octubre 2008

Llegamos a Varanasi en la tardecita del 13 de octubre coincidiendo al día siguiente con uno de los días santos para la purificación de los creyentes en el río Ganges, 14 de octubre.

*Agunos Conceptos Previos:

Esta antiquísima ciudad según la leyenda fue construida en la confluencia de dos ríos, Varun y Asi, de allí su nombre. Conocida también como Benaras. Y es probablemente la mas antigua de India, actualmente deshabitada. Sobre la margen del río Ganges hay antiguos edificios en desuso, originariamente palacios, luego abandonados y ahora ocupados temporalmente por peregrinos enfermos que van a purificarse en las sagradas aguas del río Ganges.

Este río, según el relato de una amiga hindú historiadora, baja desde los Himalaya hacia el sur, solo al llegar a Varanasi toma rumbo al norte, único tramo donde no hay cocodrilos, para retomar luego de Varanasi nuevamente rumbo al sur hasta desembocar en el mar. Esta característica hace del río en Varanasi puro y sublime.

Mark Twain describió la ciudad de Varanasi como “Tan vieja como la historia, tan vieja como la tradición, aún mas vieja que la leyenda y luciendo el doble de vieja que todo ello en conjunto.”

Según las costumbres, ritos y creencias de los hindúes, toda persona debe ir al menos una vez en su vida a la ciudad santa de Varanasi a purificarse en las sagradas aguas del río Ganges y así liberarse de sus pecados.

La filosofía hindú considera que realizar allí  y en este tiempo la cremación luego de la muerte produce un beneficio extra, finalizar el trabajoso círculo de la vida.

* La visita

Al anochecer del día previo a la ceremonia de la purificación descendimos del autobus y comenzó la aventura.

La primer recomendación del guía fue no separarnos, ir tomados de alguna ropa para que el grupo permaneciera unido, ya que la pérdida de alguno de los miembros significaría días de demora que no podíamos permitirnos, de tal forma la persona perdida terminaría en el consulado argentino separada de la excursión.

Ante semejante advertencia todos nos tomábamos de algún  chal, de alguna manga, de algún frunce de una pollera amplia, la consigna era no separarnos ni para tomar fotografías.

Dejamos el bus y comenzamos a caminar por una vía donde encontramos una realidad única, nunca vista.

Esta calle estaba colmada por personajes variadísimos de todas las edades, con vestimentas disímiles según sus procedencias y posición económica, túnicas, saris o sarees, kurtas, punjabis de todos los modelos, colores, olores y brillos. Algunos hombres “santos” solo con una media túnica y bastón largo de caminante, descalzos. Todo ello impregnado por el aroma y humo del incienso que desdibujaba el panorama y amarillaba las profusas luces.

Lo curioso de esta vía era que tenía a todo lo largo pequeños negocios de joyerías con la peculiaridad de ser habitáculos de techos muy bajos, y cuyo piso estaba forrado con colchonetas y sábanas blancas, de tal forma los clientes no podían estar parados, entraban de rodillas descalzos y se acomodaban sentados sobre sus piernas y allí realizaban las transacciones comerciales.

Algunos hombres deformados se movilizaban utilizando manos, pies, caderas…Nos dijeron que eran los “hombres perros”,  seres humanos con una deformación que se produce por determinadas fallas genéticas, una tristísima situación y sorpresa para nosotros que nunca habíamos visto esa alteración.

Encontramos un espectáculo con algo de música de diferentes y fuertes sonidos, con algo de fervor religioso, con algo de elevación espiritual, con algo de ritos propios y únicos y también con algo de fellinesco por la diversidad de los peregrinos, el exceso de gente, de los aromas, de la música, de las vestimentas, colores, cánticos y la niebla del incienso.

Y así llegamos a una especie de senda ancha frente al río Ganges donde había múltiples altares individuales para cada sacerdote o encargado de realizar las  ceremonias y plegarias , con gestos que acompañaban sus sermones para la purificación.

A todo lo largo se encuentran los Ghats, escalinatas amplias por donde bajan los fieles hasta la orilla del río, pegada a los Ghats, para bañarse en sus aguas y así obtener el perdón de sus pecados justo al momento de la salida del sol.

Ya noche cerrada subimos a una embarcación, algo así como bote grande, donde nos sentamos a ambos lados y comenzamos a navegar por un Ganges oscuro con reflejos multicolores un poco mas allá de la costa, oportunidad en que se celebró la ceremonia de las velas. Cada uno de nosotros encendió una vela colocada en una flor de un papel especial, como un papiro y la depositó en el agua, si la vela se apagaba eran malos presagios, pero si continuaban encendidas alejándose por el río, eran muy buenos presagios. Creo que todas continuaron su viaje fluvial encendidas protagonizando un espectáculo precioso.

El rito de la purificación se daría al día siguiente en el momento de la salida del sol.

Imaginarán el madrugón!

A las seis de la mañana ya estábamos ubicados en la barca que nos llevaría de paseo por la ribera del Ganges para presenciar no sólo el espectáculo de los baños de los peregrinos sino y fundamentalmente la salida del sol, momento en que se produce la purificación sumergiéndose los peregrinos en el agua bendecida.

El guía, un señor hindú que hablaba un español bastante bueno, insistía en que debíamos mojar al menos las manos y la cara con el agua del Ganges ni bien saliera el primer rayo de sol.

Nosotros mirábamos el agua mezcla de gris pardo, marrón y negro y dudamos en cumplir las indicaciones del guía.

Mil barcas navegaban por el Ganges en esos momentos. Gente de todas las edades, muchísimos niños, algunos sentados en la proa con sus piernas colgando chapoteando y jugando con el agua.

Todos atentos a la salida del sol y su efecto purificador en las aguas del Ganges que debíamos recibir al tomar contacto con ellas.

Y así fue. En medio de un clima húmedo y esa neblina fruto de la polución y de los inciensos que humeaban desde los Ghats surgió una leve claridad en el horizonte, asomó el sol elevándose entre la nubes y rápidamente se dibujó un rayo naranja en las aguas oscuras del Ganges movido por la circulación de los botes. El guía diligente tomó agua en sus manos y se lavó la cara…. Pensamos, un valiente cumpliendo los propósitos de un peregrino hindú.

Nosotros, cobardes y poco creyentes ante ese río de aguas oscuras, sólo mojamos un dedo y tocamos nuestra frente.

En ese momento miré hacia el sol y vi muy cerca de nuestra barca flotando algo plano como una espalda en el agua con un ave posada en ella que picoteaba.

No se impresionen, yo lo hice por todos.

Un cuerpo de espaldas flotaba en el río, boca a bajo. Según la explicación del guía era el cuerpo de una persona que había fallecido por la picadura de una serpiente, por ello murió contaminado y lo habían colocado en el río boca abajo para que el agua lo purificara post mortem mientras durara su travesía.

El panorama que vimos después nos quitó la impresión. Miles de peregrinos de todas las edades a lo largo del río, en los Ghats y en la costa bañándose, miles cumpliendo los ritos con fervor y alegría.

Y mas arriba sobre las escalinatas, en unos montículos de ladrillo, humo claro de las cremaciones para el descanso eterno sin tener que volver una y otra vez al trabajoso círculo de la vida.

Una experiencia inolvidable.

Van fotos imperdibles.

Agur!

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